La varita mágica del ‘young talent’ que nunca llegó
Bueno, les voy a contar mi novela corporativa, de CABA al mundo.
Hace 4 años entré a una empresa. Al año, en mi famoso 365 (porque obvio, corpo-word 🙄), mi gerenta me dice: ‘sos young talent; ante una vacante vas a tener prioridad de crecimiento’. Yo: qué lindo cuento de hadas.
Pasan los meses: me piden más responsabilidades por mi performance destacada… ¡por el mismo sueldo! Yo, ingenua, acepté, pero aclaré: ‘quiero un nuevo cargo’. Ella: ‘sí, obvio, en breve llega’. Spoiler: nunca llegó.
Mi jefe renuncia, me recomienda, se abre el cargo… y mi gerenta deja de hablarme. De golpe, mi compañero era el favorito. Me postulo igual. ¿Y qué pasó? Exacto: no quedé. Y no solo eso: me sacaron las horas extra que hacían mi sueldo medianamente digno. Porque claro, trabajar como dos personas por la mitad del sueldo es un privilegio.
Pido aumento → me dicen que sí; adivinen… tampoco. Incluso admitieron que tuve una baja de sueldo del 30% respecto de los dos años anteriores. ¡Un aplauso para la coherencia! 👏
Intento irme del sector y mi directora —la misma que me bloqueó el ascenso— me dice: ‘no te vayas; sos la que más sabe y hacés funcionar todo’. Traducción: ‘te necesitamos, pero jamás te vamos a dar lugar’.
Un año y medio después, sigo sin aumento. Me postulo a otros cargos y me dicen: ‘se te nota molesta’, porque mi directora ya me tiene idea y todos le tienen miedo. Perdón, señora: no sabía que tenía que entrar con cara de ‘feliz cumple’ después de que me estafen. 🎂
Lo mejor: mandan a otros líderes a preguntarme si estoy de ‘mejor humor’. Mientras tanto, yo: sobrecumpliendo objetivos, haciendo proyectos que ni son míos pero ayudan a la compañía… Sí, básicamente soy una cornuda corporativa.
¿Y qué recibo a cambio? Ni oportunidades, ni plata, ni nada. Pido feedback para mejorar y me dicen que hago todo perfecto.
Así que acá estoy: buscando laburo, pero sin que me llamen.
Conclusión: empresas tóxicas + cultura tóxica = gente quemada. Pero tranqui, los malos somos nosotros.
Y sí… todavía espero mi varita mágica de ‘young talent’. 🪄✨