Me despidió y cuando me preguntó que me pasaba me dijo que inventaba

Por: MisteriosoNarrador10 • Industria: Comerciohace alrededor de 1 mes

Hola Eli, hace tiempo que quiero enviar mi historia. Tus videos me han ayudado mucho a la hora de encontrar trabajo.

Desde que ingresé al mercado laboral en 2020, he trabajado en el área de ventas en diferentes distribuidoras locales. Tuve la oportunidad de trabajar en una empresa que me dio mucha estabilidad económica, pero a su vez, inestabilidad emocional. Empecé en esta empresa desde abajo, hasta escalar al área de ventas. El primer año pude lograr objetivos que el anterior vendedor no cumplía, lo que hizo que las expectativas de mi jefe fueran altas para conmigo.

Al año de estar en esta empresa, hubo algunos cambios de precios y, con la llegada de un nuevo gobierno, las ventas bajaron y la presión de mi jefe empezó a crecer. Se me aparecía de la nada sin avisar para “supervisar mi trabajo”, llegando a venir una vez al mes para ver qué hacía y cómo lo hacía. Un día de esos que vino, él vendió más que yo porque les hizo descuentos que a mí no me dejaba hacer nunca, para después decirme: “así se vende”. Me parecía injusto, como si se burlara de mí.

En una de esas salidas, que ya parecían constantes, me dijo que no le gustaba para nada mi trabajo, ni mi forma de hacer las cosas, que tenía que cambiar todo porque si no me iba a despedir. Llegó a faltarme el respeto y a gritarme. Me preguntó qué quería hacer, que si no, renunciara, porque si él me echaba, mi historial iba a quedar manchado y que nadie más me iba a querer contratar. A todo esto, ya tenía más de año y medio y ese último tiempo solo recibía amenazas de despido, llamándome incluso a cualquier hora.

A veces hacía reuniones laborales solo para remarcar todo lo que hacíamos mal mi compañero y yo y para hablar mal de nuestros otros compañeros que estaban en otra ciudad. Nos cuestionaba que si trabajamos 8 horas, por qué terminábamos antes (aclaro que tenía una ruta diaria).

A mi jefe le gustaba el chisme y saber todo de todos. Tenía a un compañero que le hacía el trabajo de recolectar información de todos para después comentarle a él. Yo lo sabía y me di cuenta de eso, por lo que jamás contaba algo de mí ni de cómo iba semanalmente, ni siquiera a mi jefe. Yo no era muy comunicativo en ese entonces.

Todo cambió para mí cuando el sistema empezó a monitorearnos. Nos seguía la ubicación en tiempo real. A él le gustaba saber dónde andábamos y qué hacíamos, para después en las reuniones echárnoslo en cara. No teníamos corte, solo trabajábamos de corrido. A veces yo pasaba al baño de mi casa o a picar algo y seguir. Pero eso le molestaba.

El último año que trabajé ahí, el hostigamiento y las presiones crecieron. Llegué a tener un pico de migraña y tuve que tomarme unos días, los cuales no quería. Quiero destacar que en mi vida personal las cosas no estaban bien y empecé a ir al psicólogo, y entendí ahí que debía cambiar de trabajo además de otras cuestiones.

Esos días que tuve que descansar, él salió a trabajar por mí e hizo mi ruta laboral. Cuando me repuse, me enteré de que estuvo por todos mis clientes y que estuvo averiguando cómo hacía mi trabajo. Que les vendió a todos, obviamente, con descuento. Pero a mí no me hizo ningún comentario. Antes de que terminara el mes, me llamó para hablar y ahí me notificó que ya estaba despedida. Que había hecho entrevistas esa semana y ya había tomado a alguien. Me preguntó por qué había bajado mi rendimiento o por qué no le dije que me diera unos días para cambiar de trabajo y que con el despido no me quedara el historial manchado. Le dije que los últimos meses no fueron buenos en mi vida personal, que había muerto un amigo muy querido y su pérdida me dolió, que estaba haciendo terapia para sobrellevar el duelo. (El único que sabía era mi compañero de trabajo, pero no sabía todo).

Lo que me dijo es que solo era una excusa y que fallé como vendedora, que tenía mala relación con mis clientes (esto último es importante), que me hiciera cargo de mi despido. No me creyó. Me preguntó qué cambiaría de la empresa para mejorarla. No te das una idea de las ganas que tenía de decirle que él era el problema. Pero le dije que nada. Solo agradecí la oportunidad. Pero él, antes de irme, me dio un consejo: me dijo que “mejore mi relación con la gente porque por eso no me compraban”.

No dije nada, solo me fui. El lunes empezó el nuevo vendedor. Yo estuve tranquila en casa esperando mi telegrama de despido. Esa semana, tuve mensajes de mis clientes a mi número personal, diciendo que mi despido fue injusto, que mi relación con ellos era mejor que con el actual vendedor y se lo dejaron en claro tanto al vendedor nuevo como a su jefe. Hubo algunos que me los crucé en la calle y me dijeron que no le comprarán más a esa empresa hasta que yo vuelva. Ahí entendí que mi relación con los clientes era buena. Lo que no me dejaba tranquila era el acoso de esta persona, hacía huelga de trabajo, trabajando de mala gana porque pensaba que no me quedaba de otra o que nadie me iba a tomar por ser tan joven.

Hoy trabajo en el mismo rubro y en una empresa que tiene valores claros y se esfuerza por cumplirlos. Tengo buena relación con mis compañeros y es un ambiente agradable. Me felicitan cuando las cosas salen bien y me ayudan a corregir errores.

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