Castigo por ser madre: 11 años de sobrecarga y silencios

Por: Telegram • Industria: Otrohace alrededor de 1 mes

Quería agradecerte por tus videos; los veo siempre y me recuerdan que lo que me pasó en mi trabajo anterior les pasa a muchas personas. Me gustaría tu opinión, si podés.

De mi último trabajo quedé muy golpeada. Cometí el error de darle gran parte de mi vida: 11 años. Literalmente, mi turno más largo fue de 23 horas seguidas. Durante 5 años ocupé una función por la que nunca me pagaron la categoría correspondiente. Con el coronavirus de por medio, hacía turnos de 15 a 17 horas, a cualquier horario según la necesidad. Ya ni importaba mi fichada.

A mediados de 2020 quedé embarazada y tuve a mi bebé en febrero de 2021. No tomé licencia; quería que me reconocieran la categoría del cargo que ejercía hacía 5 años. Trabajé de forma remota en los horarios que ellos requerían: a veces 12 horas, a veces el teléfono sonaba a las 4 de la mañana. Full time, a merced de lo que necesitaran. El 19 de febrero corté el teléfono con uno de los chicos diciéndole: "Rompí bolsa, manejalo; tengo que colgar".

Cuando me reincorporé y llegué a la empresa, me llevaron a la oficina de gerencia, acompañada por una supervisora que era, en rango, mi par. En vez de darme el cargo, me apartaron de la función. Pregunté si había hecho algo mal o qué había pasado. La respuesta fue "reestructuración: ahí tiene que estar un coordinador con cargo; no puede estar un recontador". Según me dijeron, habían "repartido" categorías. Pedí más explicaciones hasta que llegué al subdirector, y él me dio la respuesta: "Tuviste un hijo en el momento menos indicado". Esa fue la respuesta de una multinacional de gran renombre, que dice ser "una gran familia".

Terminé entrenando a la persona que ocupó mi lugar y, cuando terminé, me dejaron a su lado como subordinada ("quedate acá por si surgen dudas"). Cuando se desenvolvió, me mandaron más atrás aún. Me sacaron permisos, como comer en el comedor exterior (permitido solo desde coordinadores para arriba). También me prohibieron ingresar con mi celular, "porque la empresa no lo requería". Fui bajando hasta llegar al último eslabón, donde ponían a la gente que querían que se cansara y renunciara. Fue muy feo.

Una noche llegué del trabajo a las 4 de la mañana y me asaltaron en la puerta de mi casa. Me robaron el auto a mano armada y me pegaron. Llamé a la empresa y lo único que me dijeron fue: "Te dejamos una credencial provisoria para que hoy puedas entrar; traé la denuncia de la tarjeta". Eso fue todo lo que recibí de Recursos.

Ese día colapsé. En 11 años habré tenido unas 9 inasistencias. Me tomé una licencia por un año (el máximo). No podía volver: debía, pero no tenía fuerzas para soportarlo. Luego renuncié. Me costó muchísimo levantarme de lo que viví en ese lugar.

Vivencia en una empresa de caudales en Argentina.

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